En el partido más importante de la fecha 22 se cruzaron Atlanta, escolta, y Morón, puntero absoluto del campeonato. El Bohemio se dio un gusto grande al derrotar al Gallo con un gol sobre la hora de Dorregaray.
En la noche de Villa Crespo no hubo grandes luces pero fue Atlanta el que siempre intentó un poco más con un Morón que parecía conformarse con el empate, ya que ese resultado le permitía mantener la diferencia de cuatro puntos sobre el escolta.
El primer tiempo fue muy discreto, aunque Atlanta tuvo una chance clara cuando Alonso la tiró por arriba en la boca del arco; mientras tanto Morón apostaba a alguna contra pero la defensa bohemia tuvo una noche de concentración absoluta y no sufrió sofocones.
En la segunda parte, entre el conformismo del Gallo y la impotencia de Atlanta, el partido entró en un largo bostezo. Aún así, Ramos tuvo dos oportunidades claras, pero el nueve estaba con la pólvora mojada y cuando el encuentro se moría y los cambios que realizó Ruiz parecían tardíos, en la última pelota del partido cerró mal Minici, Dorregaray le comió la espalda y definió con un fuerte remate ante la salida de Álvarez, para alegría del pueblo bohemio, que se fue cantando porque bajaron al líder, por la paternidad que se extiende y porque por si fuera poco se pusieron a un punto del líder después de bajarle la cresta al Gallo.
La nota desagradable de la noche se vivió al término del encuentro cuando un grupo de inadaptados agredió a la delegación de Deportivo Morón ante la pasiva actitud del operativo policial. Preocupa si pretendemos que vuelva el público visitante a las canchas y no son capaces de controlar a una pequeño grupo de delincuentes y proteger solamente a la delegación de jugadores y prensa partidaria. De esta forma se torna inviable; al fútbol argentino le costará años quitarse el respirador artificial que por ahora lo mantiene con vida.
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